domingo, 11 de abril de 2010

saga crepúsculo


Y de ese modo el león se enamoró de la oveja...
-¡que oveja tan estúpida!
-¡y que león tan morboso y masoquista!.


Unos dicen que el mundo sucumbirá en el fuego, otros dicen que en el hielo. Por lo que yo he probado del deseo estoy con los que votan por el fuego. Pero si por dos veces el mundo pereciera conozco lo bastante el odio como para decir que, en cuanto a destrucción, el hielo también es fuerte y suficiente.

Ah, aquí me entregaré a la eternidad y me sacudiré de esta carne fatigada el yugo de estrellas adevrsas. ¡Ojos, mirad por última vez!¡brazos, dad vuestro último abrazo! y labios, puertas de aliento sellad con un beso un trato perpetuo con la avida muerte.


El tiempo pasa, incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de las manecillas del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y tregua insoportables, pero pasar, pasa...incluso para mi.

Los placeres violentos treminan en la violencia, y tiene en su triunfo su propia muerte. Del mismo modo que se consumen el fuego y la pólvora en un beso voraz.

La niñez no es el nacimento a cierta edad y hasta cierta edad. El niño crece, y se guarda las cosas infantiles. La niñez es el reino donde nadie muere.

sábado, 3 de abril de 2010

Placer


Tus labios

rozan mis labios,

tu piel

roza mi piel,

tu lengua

acaricia mi lengua,

gemido de placer.

Mis dedos

acarician tu cuerpo,

tus dedos

buscan mi miel,

la luna ilumina

nuestro lecho,

tejido con placer.


Lina María Guapacha Borrero